Obstinaciones (y IV)

Antes de soltar lastre (definitivamente), o de cerrar (ahora sí) una etapa; de cerrar una puerta o (según se mire) de abrir una puerta nueva y desconocida, le debo unas notas a una cuestión tan evidente como enfermiza, una mención a una de esas cosas tan a la vista de todo el mundo que, a veces, sin quererlo, nos pasa desapercibida. O no, no pasa desapercibida (¡cómo iba a pasar desapercibida!), y estoy intentando engañarme y engañar a todo el mundo. O escribo, sí, tan sólo es eso, y eso es lo que hago continuamente, aunque también pudiera ser que no, que yo no hubiera escrito nunca ni una sola línea propia, al menos ni una sola línea original, ni una línea propiamente mía (se entiende). Y, si no se entiende, siempre se puede acudir al Diccionario Filosófico de Fernando Savater (que para algo están los amigos) y disfrutar del mayor elogio y de la síntesis más acertada de aquello que, a fin de cuentas, me traigo ahora entre manos. "Citar es un arte escribe Savater- mancillado por la proliferación de incompetentes y pedantes". Y siempre me queda el consuelo, espero, de pensar en que sólo llegue a alcanzarme la categoría de "incompetente", porque la de "pedante" como que no, que no me gustaría, vamos, aunque también pudiera ser que sí, ¡quién sabe! Que abuso y he abusado de las citas es algo a la vista de todos, no sirve darle más vueltas; pero estaría en mi intención, en todo momento, hacerlo desde ese par de gestos a los que alude Savater acertadamente en su Diccionario. "¿Por qué citar? se pregunta Savater-. Hay dos razones: la modestia y el orgullo. Se cita por modestia, reconociendo que el acierto que se comparte tiene origen ajeno y que uno llegó después. Se cita por orgullo, ya que es más digno y más cortés, según dijo Borges (¿me perdonarán la cita?), enorgullecerse de las páginas que uno ha leído que de las que ha escrito". En último término, yo tampoco tendría demasiado problema en asumir el distinguido título de discípulo de Severino Boecio, , aunque mi memoria queda a años luz de su insuperable hazaña; y nada más lejos de mi intención, a fin de cuentas, que pretender esa vulgaridad suprema de no deberle nada a nadie. Todavía no estoy preparado para ello (¡Dios me libre de intentarlo!), ni mi situación se parece, ni de lejos, a la del bueno de Leopoldo Mª Panero, quien a la pregunta de "¿Por qué cita constantemente?" responde: "Para ser escuchado y creído. Y no desoído sistemáticamente, como siempre". Afortunadamente, a mí me escuchan y me creen los que deben escucharme y creerme; y los demás no me interesan. Cito porque necesito (o he necesitado) de esas muletas, y cito porque no sé hacer las cosas (no he sabido hacer las cosas) de otra manera. El hombre que hace suyo el pensamiento ajeno con tanta fuerza y convencimiento que hace de ese apoyo algo implícito a su propio organismo, en mi caso, todavía no ha llegado; y no está nada claro que yo tenga capacidad para ello, que vaya a llegar en el futuro. Mientras tanto, me quito un buen peso de encima escribiendo, citando, algunas de mis obsesiones preferidas; y hoy le ha tocado el turno a la "cita". Citar, a fin de cuentas, es un arte que, como todas las artes, como todas las "obstinaciones", conviene saber abandonar a tiempo. Por lo demás, yo tenía que contarlo, y ya lo he contado.
7 comentarios
C Sh -
Magda -
Pienso, además, que gracias a las citas nos enteramos, como lectores, de las obsesiones de quien escribe, como quienes te leemos nos enteramos de las tuyas. Por cierto, García Ponce llama "homenajes" a las citas.
Muchos saludos para ti.
Enrique -
Cayetano -
\"A partir de ese momento la Red se hizo cada vez más pesada. Había un sin número de desdichados en la ciudad-laberinto y todos los que se encontraban con el hijo prendían cualquier cosa en la red: un zapato, una prenda de vestir o una estufa de hierro, un rosario o un animal muerto, una herramienta o hasta una puerta\"
Aunque Ende habla de una red de pescador, el texto se hace interesante si cambiamos \"red\" por \"Red\". Puedo pensar que este comentario es \"un zapato o una puerta\" :)
Un saludo
pini -
igual eso de toda la vida y el tiempo, me da vértigo.
por ahora seguiremos encontrándonos en este espacio.
cuando viaje, que algún día será, te encontraré en algún otro.
todo lo que hagas estará bien, porque sos talentoso.
Enrique -
pini -
no sabés lo que me cuesta escribir con una sola mano y genoveva metiendo mano en el teclado.
enrique, querido enrique, me estoy volviendo abandónica por tus deseos de irte.
a dónde mudaremos nuestro oficinita?
´dónde ha´brá mueores bibliotecas que acá, donde paso el plumero para que cuando escoges el libro no te de alergia el polvillo?
llevo un par de años de scretaria del bustamante fans club y sé que tenemos asociados mudos.
no los dejes sin pan.
y por si hiciera falta te mando un beso, porque siempre te he tratado con todo respeto de secretaria.
pero qué cosa.
vos con tantas citas y yo sólo puedo pedirte no cierres la puerta, que siempre es bueno volver (hasta después de las mejores citas)
errores de tipeo imputables a la perla negra.